jueves, 29 de septiembre de 2011

ANATOMIA CUELLO

Anatomía del cuello humano
En anatomía, el cuello (Del Latín "Collum Abiansaurus") es la porción móvil que une la cabeza con eltronco en la mayoría de los animales vertebrados y dinosaurios. Es de forma Cilindroide.

Conformación exterior
La forma es cilindroide, con su circunferencia inferior más amplia y que constituye su base. La longitud está determinada por la superposición de las siete primeras vértebras (columna vertebral cervical). La anchura (grosor) está determinada por el desarrollo de las masas musculares y por los depósitos del tejido celular graso.

Límites del cuello
Límite superior: Es el borde inferior de la mandíbula donde se encuentra la glándula submaxilar, los ganglios submentonianos y submandibulares, vena y arteria faciales, vena concomitante intraparotídea, fascia intermaxiloparotídea y músculos estilohioideo, digástrico y porción más superior del esternocleidomastoideo. El límite superior del cuello correspondería a una línea imaginaria que iría desde el mentón por delante hasta la protuberancia occipital externa por detrás. En su recorrido encontraría a los lados, el ángulo de la mandíbula y la apófisis mastoides del hueso temporal detrás de la oreja.

Límite posterior: Es la confluencia de los músculos esternocleidomastoideo, esplenio de la cabeza y elevador de la escápula. El punto de Erb es el lugar donde aparece el nervio auricular mayor en el cuello.
Desde el punto de Erb hacia abajo se forma el triángulo supraclavicular, que tiene como límites:
Por delante el músculo esternocleidomastoideo.
Por detrás el músculo trapecio.

En profundidad, los músculos escalenos y la vaina vasculonerviosa que cierra el espacio interescalénico anterior.
Por fuera la fascia cervical superficial.
Por debajo el músculo omohioideo y la clavícula.

Límite inferior: Está formado por la cara superior de la clavícula, una línea que se proyecta hasta la articulación acromioclavicular, y otra que une la del otro lado con la apófisis espinosa de la 7ma vértebra cervical.

Límite anterior:Está formada por la confluencia de la fascia común o línea blanca infrahioidea y la de los músculos prelaríngeos.

Órganos internos del cuello

 Músculos del cuello
Podemos distinguir en un corte axial u horizontal del cuello:
Médula espinal.
Columna vertebral cervical.
Músculos del cuello: Se pueden apreciar tres regiones:

Región lateral del cuello: músculo Platisma, músculo esternocleidomastoideo, músculos escalenos (anterior, medio y posterior), músculo recto lateral de la cabeza

Región anterior o hioidea: se dividen en suprahioideos e infrahioideos
suprahioideos: músculo digastrico, músculo estilohioideo, músculo milohioideo, músculo genihioideo.
infrahioideos: músculo esternocondrohioideo, escápulohioideo, esternotiroideo, tirohioideo

Región prevertebral: Recto anterior mayor de la cabeza, recto anterior menor de la cabeza y músculo largo del cuello.
Arterias del cuello.
Venas del cuello.
Ganglios linfáticos del cuello.
Faringe.
Laringe.
Tráquea.
Glándula tiroides.

Las fascias del cuello son tres:
La fascia cervical superficial que rodea todo el cuello exteriormente, por debajo de la piel, envolviendo al esternocleidomastoideo, al músculo trapecio y a la vena yugular superficial.

La fascia cervical media que rodea a los músculos infrahioideos por delante, al espacio vascular carotídeo con su contenido (arterias carótidas, vena yugular interna, y nervio neumogástrico) y a las vísceras del cuello (tráquea, esófago y glándulas tiroides y paratiroides).

La fascia cervical profunda envuelve a la musculatura prevertebral y paravertebral y músculos escalenos.

Regiones ganglionares del cuello
Nivel I: Ganglios submentonianos.
Nivel II: Ganglios subdigástricos o yugulares altos.
Nivel III: Ganglios yugulares medios.
Nivel IV: Ganglios yugulares bajos o supraclaviculares.
Nivel V: Ganglios espinales o cervicales posteriores.

Músculos del cuello: Largo de la cabeza


  • Nombre del músculo: Largo de la cabeza.
  • Origen: Tubérculos anteriores de las apófisis trasversas de la III a la VI vértebra cervical.
  • Inserción: Superficie externa de la porción basilar del hueso occipital.
  • Inervación: Ramas directas del plexo cervical.
  • Función: Extensión.

Músculos del cuello: Recto anterior


  • Nombre del músculo: Recto anterior.
  • Origen: Apófisis transversa del atlas.
  • Inserción: Apófisis yugular del occipital.
  • Inervación: Ramas ventrales del primer nervio cervical.
  • Función: Extensión de la cabeza.

Músculos del cuello: Largo del cuello


  • Nombre del músculo: Largo del cuello.
  • Origen:
    • Porción medial: Tendón de los cuerpos de las primeras vértebras torácicas y últimas cervicales.
    • Porción lateral craneal: Tubérculos anteriores de las apófisis transversas de las primeras vértebras cervicales.
    • Porción lateral caudal: Superficie externa de los cuerpos de las primeras vértebras torácicas.
  • Inserción:
    • Porción medial: Cuerpos de las primeras vértebras cervicales.
    • Porción lateral craneal: Tubérculo anterior del atlas y cuerpo de las siguientes vértebras
    • Porción lateral caudal: Tendón en las apófisis transversas de las últimas vértebras cervicales.
  • Inervación: Ramas directas del plexo cervical.
  • Función: Extensión del cuello.

Músculos del cuello: Visión anterior profunda (general)


Visión anterior profunda (general) de músculos del cuello: recto anterior, largo de la cabeza, largo del cuello.

Músculos del cuello (visión anterior y lateral): Esternocleidomastoideo


  • Nombre del músculo: Esternocleidomastoideo.
  • Origen:
    • Cabeza esternal: Superficie ventral del manubrio del esternón.
    • Cabeza clavicular: Superficie superior y anterior del tercio medial de la clavícula.
  • Inserción: Superficie lateral del occipucio y apófisis mastoides del hueso temporal.
  • Inervación: N. accesorio (XI par craneal) y Plexo cervical
  • Función: Endereza y sujeta la cabeza. Flexiona y extiende las primeras vértebras cervicales. Auxilia en la inspiración.

Músculos del cuello (visión anterior y lateral): general

Visión general de los músculos esternocleidomasteoideo y escalenos (anterior, medio, posterior):
En las siguientes entradas, pasaremos a ver de manera individual cada uno de estos músculos.

IMAGENES DE CUELLO

















martes, 27 de septiembre de 2011

IMAGEN ABSCESO MAXILAR










ABSCESO MAXILAR

Absceso maxilar es una infección e inflamación del tejido del organismo caracterizado por la hinchazón y la acumulación de pus. 
Un absceso maxilar es una acumulación de pus, generalmente causada por una infección bacteriana.
Cuando las bacterias invaden el tejido sano, la infección se extiende por toda el área. Algunas células mueren y se desintegran, dejando espacios en los que se acumulan líquido y células infectadas. Los glóbulos blancos, los defensores del organismo contra la infección, se desplazan hacia estos espacios y después de engullir a las bacterias, mueren. La acumulación de glóbulos blancos forma el pus, una sustancia cremosa que llena la zona. A medida que el pus se deposita, el tejido sano es desplazado. Al final este tejido acaba creciendo alrededor del absceso hasta rodearlo; el organismo intenta de este modo evitar una mayor extensión de la infección. Si un absceso se rompe hacia dentro, la infección puede extenderse tanto por el interior del cuerpo como bajo la superficie de la piel, dependiendo de dónde se encuentre el absceso.

Los abscesos aparecen cuando se infecta un área de tejido y el cuerpo es capaz de "aislar" la infección y evitar que se extienda. Los globulos blancos, que son la defensa del organismo contra algunos tipos de infección, migran a través de las paredes de los vasos sanguineos al área de la infección y se acumulan dentro del tejido dañado. Durante este proceso, se forma el pus, que es una acumulación de líquidos, glóbulos blancos vivos y muertos, tejido muerto y bacterias o cualquier otro material o invasor extraño.
Los abscesos pueden formarse en casi cualquier parte del organismo y pueden ser causados por organismos infecciosos, parásitos y materiales extraños. Los abscesos en la piel son fácilmente visibles, de color rojo, elevados y dolorosos; mientras que los abscesos que se forman en otras áreas del cuerpo pueden no ser tan obvios, pero pueden causar mucho daño si comprometen órganos vitales.
  • Abscesos dentales: es una complicación de la caries dental y también puede resultar de un trauma al diente. Las aberturas en el esmalte dental permiten que las bacterias infecten el centro del diente o pulpa dentaria. La infección puede propagarse desde la raíz del diente hasta los huesos que lo sostienen ocasionando acumulación de pus e inflamación de los tejidos internos del diente.


Signos y exámenes
Con frecuencia se obtiene una muestra de líquido del absceso y se le hace un cultivo para determinar los organismos causantes del mismo. Ver los tipos individuales de abscesos.
El lugar donde se localiza un absceso y el hecho de que interfiera o no con el funcionamiento de un órgano o un nervio determina sus síntomas. Éstos pueden incluir dolor espontáneo o a la presión, sensibilidad, calor, hinchazón, enrojecimiento y posiblemente fiebre. Si se forma justo por debajo de la piel suele aparecer como un bulto visible. Cuando está a punto de romperse, su parte central adopta un color blanquecino y la piel que lo recubre se vuelve más delgada. Un absceso formado en lo más profundo del cuerpo crece considerablemente antes de provocar síntomas. Al pasar inadvertido, es probable que a partir de éste se disemine la infección por todo el organismo.
Los médicos pueden reconocer fácilmente un absceso que se encuentra sobre la piel o debajo de la misma, pero a menudo cuesta detectar los que están en la profundidad. Cuando una persona padece este tipo de abscesos, los análisis de sangre suelen revelar un número anormalmente alto de glóbulos blancos. Las radiografías, la ecografía, la tomografía computadorizada (TC) o la resonancia magnética (RM) son pruebas que pueden determinar su tamaño y posición. Debido a que los abscesos y los tumores suelen causar los mismos síntomas y producen imágenes similares, para llegar a un diagnóstico definitivo suele ser necesaria una muestra de pus o bien la extirpación del absceso quirúrgicamente para examinarlo al microscopio.

La mayoría de los tipos de abscesos son tratables.
Tratamiento
Los abscesos suelen desarrollarse en la cabeza y el cuello, particularmente detrás de la garganta y en las glándulas salivales de las mejillas (glándulas parótidas). También pueden formarse abscesos en el cerebro.
Los abscesos localizados detrás y a un lado de la garganta (abscesos faringomaxilares) suelen derivar de infecciones de garganta, incluyendo las de amígdalas o de adenoides. Los niños tienen más probabilidades que los adultos de sufrir este proceso. También puede formarse un absceso dentro de un ganglio linfático localizado junto a la garganta (absceso parafaríngeo). Con menos frecuencia, estos abscesos provienen de una infección cercana, como por ejemplo la existente en un diente o en una glándula salival.
Además de tener fiebre y dolor de garganta, la persona se siente enferma. Puede resultar difícil abrir la boca. La infección puede extenderse, ocasionando hinchazón del cuello. Si el absceso daña las arterias carótidas del cuello, puede coagularse la sangre en las mismas o bien ocurrir una hemorragia masiva.
También puede formarse un absceso en la salida de una de las glándulas parótidas. Suele estar causado por una infección que se propaga desde la boca. Esta clase de absceso se produce típicamente en personas de edad avanzada o en enfermos crónicos que tienen la boca seca como consecuencia de una insuficiente ingestión de líquidos, o bien a causa de ciertos fármacos, como los antihistamínicos. Los síntomas incluyen dolor y tumefacción en una mejilla, fiebre y escalofríos que comienzan de forma repentina.

Prevención
La prevención de los abscesos depende de su localización y causa. Por ejemplo, una buena higiene es importante para la prevención de los abscesos cutáneos y con la higiene dental y los cuidados de rutina se previenen los abscesos dentales.
Las causas más frecuentes de inflamación son las infecciones bacterianas, víricas y fúngicas. La acción de estos agentes etiológicos se ve favorecida por noxas físicas, como las radiaciones, el calor, la presión –por ejemplo, la sobre compresión de una prótesis bucal–, y químicas –como el humo y el alcohol–. La inflamación de la mucosa oral en general se denomina estomatitis y puede afectar toda la cavidad oral y el espacio oro-faríngeo o sólo determinadas regiones, como la mucosa yugal (pared interna de las mejillas), el paladar, el piso de la boca, sólo los labios(queilitis), la lengua (glositis) o la mucosa alveolar (gingivitis).
Dentro de las formas agudas más comunes los procesos inflamatorios de las mucosas pueden ser: Vesículo-ampollares, vesículo-erosivas o ulcerativas, purulentas o úlcero-necróticas.



TUMORES DE GLANDULAS SALIVALES

TUMORES DE GLANDULAS SALIVALES
Los tumores de glándulas salivales, constituyen alrededor de 5% de las neoplasias de cabeza y cuello, el promedio de edad de los pacientes con neoplasias malignas es aproximadamente 55 años y 40 años para los tumores benignos. Pueden ser malignos el 25% de los tumores parotídeos y el 50% de los tumores de las glándulas submandibulares.
Los tumores de las glándulas salivales menores son raros y constituyen el 2 a 3 % de los tumores malignos de la vía aérea y digestiva superior, poco comunes bajo los 20 años y raros bajo los 10; su localización más frecuente es en paladar duro, cavidad nasal y senos paranasales.
Entre más pequeña sea una glándula salival más probablemente una tumoración en ella será maligna
Hay una gama extensa de tumores benignos y malignos de glándulas salivales y no es infrecuente el cambio de diagnóstico de la biopsia por congelación (biopsia rápida) con el informe definitivo.

Las glándulas salivales se clasifican en:



.- Mayores;
glándulas parótidas
glándulas submandibulares
glándulas sublinguales




.- Menores;
glándulas salivales que se ubican en toda la submucosa del tracto respiratorio y digestivo superior, desde los labios hasta el árbol bronquial y esófago.



Clasificación (segun OMS)



BENIGNOS
MALIGNOS


Tumor mixto benigno (adenoma pleomorfo)
Tumor de Warthin (cistoadenoma papilar linfomatoso)
Lesión linfoepitelial benigna
Oncocitoma
Adenoma monomórfico
Tumor mixto maligno
Carcinoma adenoide quístico
Adenocarcinoma
Carcinoma mucoepidermoide
Carcinoma células acinosas
Carcinoma epidermoide





Tumores Benignos

El tumor mixto benigno o adenoma pleomórfico, aparece entre los 20 y 40 años, es de crecimiento lento y tiene una pseudocápsula que puede ser atravesada por prolongaciones del tumor, de ahí que su resección por enucleación o con márgenes estrechos puede significar una recidiva.
El tumor de Warthin o cistoadenoma papilar linfomatoso, tumor benigno, probablemente originado de elementos linfáticos, tiene cápsula completa y se encuentra en pacientes mayores de 60 años, puede ser bilateral en 10% de los casos y en ocasiones múltiple.
La lesión benigna linfoepitelial, se ha llamado también tumor de Godwin y constituye alrededor de 5% de las lesiones benignas. Puede ser bilateral y sería más común en la mujer. Tiene una alta frecuencia de recidiva postratamiento. Su descripción primaria estuvo asociada a síndrome de Sjögren y Mikulicz. Parece haber un aumento en su incidencia en pacientes con infección con el virus de la inmunodeficiencia adquirida ( VIH ). Numerosas comunicaciones de tumores en la parótida incluyen linfoma no Hodgkin, sarcoma de Kaposi y carcinoma adenoide quístico, algunos de estos pueden tener su origen en lesiones benignas linfoepiteliales.
Su tratamiento es controvertido, la parotidectomía puede estar justificada por su asociación con tumores malignos; otros recomiendan dosis baja de radioterapia. La terapia más racional debería ser evaluada individualmente, dependiendo del cuadro clínico y sospecha diagnóstica de malignidad, estado de VIH asintomático y el riesgo-beneficio conversado entre paciente y cirujano.
El oncocitoma es un tumor benigno de crecimiento lento que se encuentra en grupos de edad avanzada, es encapsulado y con aspecto oscuro similar al melanoma.
El adenoma monomórfico, incluye un grupo de lesiones benignas que pueden tener una variedad de presentación, el más común es el adenoma de células basales y el adenoma oxifílico (oncocitoma). Otras formas son el linfoadenoma sebáceo y el adenoma sebáceo, estas lesiones pueden presentarse en la parótida, deben distinguirse del cáncer de células basales de la piel con linfonodos metastásicos en parótida.
TUMORES MALIGNOS
El carcinoma mucoepidermoide es el tumor más frecuente de las glándulas salivales mayores. Puede ser confundido en la histología con tinción de hematoxilina y eosina con un carcinoma escamoso o epidermoide. Tiene un amplio espectro de agresividad. Depende del grado de malignidad la posibilidad de dar metástasis y provocar la muerte. El cáncer mucoepidermoide de bajo grado de malignidad crece fundamentalmente en forma local y lenta. La resección local puede ser curativa. En la medida que el grado de malignidad aumenta, las metástasis ganglionares regionales y la invasión de vasos y nervios son más frecuentes. Por estas características, debe considerarse cirugía agresiva con disección ganglionar cervical y radioterapia postoperatoria.
El carcinoma de células acinosas es poco frecuente. Probablemente alcanza el 10% de los cánceres de glándulas salivales. Es más frecuente en la parótida. Es un tumor de bajo grado de malignidad y rara vez invade el nervio facial, las metástasis a distancia son tardías y de mal pronóstico. Por su crecimiento lento, la sobrevida es buena, realizando cirugía radical.
El adenocarcinoma constituye aproximadamente el 16% de los tumores malignos de la glándula parótida y el 9% de los de la glándula submandibular. Es más frecuente en glándulas salivales menores de la nariz y senos paranasales. Los tumores de alto grado de malignidad tienen mal pronóstico y la falla del tratamiento se traduce habitualmente en metástasis a distancia. El tratamiento loco-regional debe ser agresivo.
Adenoma El tumor mixto maligno constituye el 14% del cáncer de la glándula parótida y el 12% del de la glándula submandibular. El diagnóstico histológico es difícil por lo similar a su variedad benigna. En una baja proporción, los tumores mixtos malignos se originan de un (carcinoma exadenoma pleomorfo). Pero este es un punto de controversia no aclarado. El crecimiento acelerado de un tumor estable no es patognomónico de malignización, pero debe ser tomado en cuenta como probable y orientar a su tratamiento. La historia natural del tumor mixto maligno es su crecimiento implacable, en más del 25% de los casos se presentan metástasis en linfonodos regionales.
El carcinoma adenoide-quístico constituye casi el 25% de los cánceres de glándulas salivales. En la parótida se presentan entre el 10 y al 15% este cáncer es proporcionalmente más frecuente en las glándulas salivales menores, puede tener una evolución prolongada de 10 a 20 años sin metástasis y cuando se presentan, con mayor frecuencia pulmonares la muerte ocurre en un tiempo relativamente corto. Este carcinoma tiene la capacidad de invadir el tejido nervioso, comprometiendo el control local y la sobrevida. El tratamiento consiste en cirugía amplia seguida de radioterapia.

Tumores de las Glándulas Salivales Menores
Pueden aparecer a cualquier edad sin distinción de sexo y en cualquier lugar de cabeza y cuello, pero principalmente en el tracto aéreodigestivo superior y dentro de éste de preferencia en el paladar, lengua, senos paranasales y mucosa oral..
Entre el 65 y 88% de los tumores de las glándulas salivales menores. son malignos e histológicamente el carcinoma adenoide quístico es el más frecuente (> 55%). Se presenta en general como una masa submucosa indolora, sin cambios por años y su crecimiento debe hacer sospechar la malignidad. Estos tumores se diseminan por invasión local a tejidos vecinos, además de hueso y nervio; el carcinoma adenoide quístico tiene particular tendencia de crecer por el espacio perineural y puede extenderse hasta sitios alejados del primario, esto es importante tener presente en la resección. Así por ejemplo el tumor de paladar puede infiltrar ramos del nervio palatino y extenderse hasta el ganglio de Gasser en la fosa media craneal, por esto en la resección debe ser incluido; también puede diseminarse por los canales óseos, situación que debe considerarse en el tratamiento quirúrgico.




Tratamiento


El tratamiento inicial en tumores benignos y malignos en glándulas salivales mayores o menores es "casi" siempre quirúrgico y, siendo posible, debe realizarse la resección de parótida, submandibular o sublingual, prefiriendo una acción excisional mejor que la incisional. La biopsia y el tratamiento quirúrgico definitivo son con frecuencia el mismo procedimiento. En tumores del lóbulo profundo parotídeo o que compromete ambos lóbulos, es mejor realizar parotidectomía total.
La biopsia incisional o excisional aumenta el riesgo de contaminación del lecho tumoral y por ende la recurrencia y daño del nervio facial con el procedimiento quirúrgico definitivo que debe remover el sitio de la biopsia.
La presencia de metástasis cervicales en tumores de glándulas salivales es de mal pronóstico y la disección radical modificada está indicada seguida de radioterapia. Las metástasis no palpables (metástasis ocultas) están presentes en un alto porcentaje que van desde 20 a 50% en relación a tamaño del primario y grado de malignidad, sin embargo en la actualidad no hay información que justifique la disección electiva de cuello cuando es clínicamente negativo.

La indicación de radioterapia postcirugía se plantea cuando hay márgenes quirúrgicos positivos, tumor primario avanzado y alto grado de malignidad, compromiso de nervio facial o de lóbulo profundo en parótida, ganglios positivos y cuando se produce "siembra" del tumor en la operación por ruptura de su cápsula. En los tumores de glándulas salivales menores, la resección en tejido sano debe ser la intención primaria, sean benignos o malignos; la enucleación tumoral es inadecuada y hay recidiva sobre 90%. En tumores de paladar o senos paranasales, el cirujano debe estar preparado para realizar resección ósea ya sea de paladar o de maxila para tener márgenes libres de tumor; esta situación debe ser planteada al paciente y aceptada por él o ella, e incluso por su entorno familiar más próximo. El cirujano debe explicar claramente las secuelas e inconvenientes secundarios a la cirugía y debe también estar preparado para realizar una rehabilitación funcional y cosmética.
La presencia de un tumor en el lóbulo profundo de la parótida sea benigno o maligno, con frecuencia no puede abordarse por la vía habitual pre-auricular y debe recurrirse a algún tipo de mandibulotomía que da una buena exposición. Estos tumores pueden manifestarse con abombamiento del paladar, ya que son tumores que ocupan la fosa ptérigomaxilar o el espacio parafaríngeo. En estos casos es esencial la tomografía axial o resonancia nuclear magnética que proporcionan una apreciación objetiva de la ubicación y extensión.